La película detrás de la película: Que estamos defendiendo?

El día 10 de septiembre se firma un acuerdo entre la productora de la película “There be dragons” y un grupo de personas que se autodenominan Vecinos Ambientalistas de la comarca serrana al efecto de que la productora desista de realizar filmaciones, autorizadas por la Provincia, dentro del Parque Provincial Ernesto Tornquist.
No pretendo en esta nota hacer un análisis de los resultados de estas gestiones vecinales sino más bien focalicé la atención en la carga emocional puesta al servicio de la defensa de esta posición, por parte de un fragmento de los ambientalistas. Me refiero en particular a los biólogos de la Universidad Nacional del Sur, quienes, autodenominándose “vecinos”, se manifestaron enfáticamente en los medios de comunicación. Estos profesionales son precisamente quienes realizan tareas de investigación en el Parque, debidamente autorizadas y porque no aclararlo, los habilita para gestionar subsidios para la ejecución de sus proyectos dentro y fuera del parque, realizar publicaciones, obtener Licenciaturas y Doctorados y engrosar su currículum profesional.
También se pudo escuchar las voces de guías y/u operadores turísticos, que ofrecen su servicio dentro del parque y más precisamente en la zona intangible, donde ingresan acompañando y guiando a los visitantes.
El Parque Provincial Ernesto Tornquist cuenta con problemas ambientales, como muchas reservas provinciales y nacionales, que afectan la supervivencia del pastizal serrano desde hace décadas: presencia de exóticas (animales y vegetales), tránsito vehicular por ingreso a campos vecinos haciendo uso del camino a la zona intangible como servidumbre de paso, la existencia de ganado vacuno en uno de sus lotes, problemas de erosión por efectos hídricos y mecánicos en los senderos del parque, fragmentación de ambientes por la ruta 76 que atraviesa el mismo.
Todas problemáticas que en comparación merecen la misma o mayor atención que la presente. Y es en este sentido que no se ha visto a los profesionales arriba mencionados apostándose en la tranquera para impedir el tránsito durante años de los vehículos por la zona intangible solo para acceder a un campo vecino (situación resuelta por la administración anterior en el 2008), no recuerdo que le reclamen a la Provincia (con sentadas, movilizaciones, acampes), la continuidad en el control de caballos cimarrones (iniciada en la administración anterior), en cumplimiento con la Ley 10.907 y el Plan de Manejo; tampoco se escucharon fuertes críticas por la existencia de un vivero forestal dentro del predio del Parque que en la actualidad está bajo la órbita del Ministerio de Asuntos Agrarios y que precisamente fue analizado en la “Propuesta” de Plan de Manejo del Parque Provincial (1997) donde se indica en la pag. 22 punto 17 la necesidad de “prohibir todo cultivo de especies no nativas del Sistema de Ventania, incluso en las instalaciones del Vivero ubicado en el P.P.E.T”, y entre los especialistas participantes de este apartado se encuentra la Lic. Andrea Long, vecina de Villa Ventana.
Ninguno de estos temas merecieron los esfuerzos que tan emotivamente mostraron en el caso presente.
Mi pregunta es porqué algunos problemas ambientales convocan más la atención, por parte de los biólogos, que otros?.
Será que la invasión de exóticas, por poner un ejemplo, es un tema para Congresos, Publicaciones, Tesis que llega a unos pocos y engrosan el currículum de los investigadores y que por ello no merecen una sentada, acampe, firmas, reclamos, tendientes a que el estado cumpla con la ejecución del Plan de Manejo y tome medidas?. No quiero pensar que los grandes problemas de conservación del parque resultaran una situación ventajosa para los biólogos.
O será que una película filmada en el parque produce el temor de generar una difusión que atraiga el interés de otros profesionales, con ideas nuevas, renovadoras, actualizadas. Hoy se escuchan las voces de un solo equipo de investigación provenientes de una sola universidad. Porque no escuchar otras voces?. O es que acaso los biólogos de la Universidad Nacional del Sur tienen el “monopolio” de las investigaciones del parque como en un tiempo lo tuvieron la Universidad Nacional de La Plata?. Sería otro triste monopolio del conocimiento.
Y Los guías? Que defienden? Que el parque se difunda lo suficiente como para mantener sus servicios pero no demasiado como para que surjan nuevos operadores turísticos? . El parque es visitado por cerca de 70.000 personas al año, y en los últimos años la tendencia indica que esta cifra aumenta de un 8 a un 10 % anual, necesitamos más y mejores ofertas turísticas para atender en forma adecuada a este número importante de visitantes.
Aquí no se trata de fomentar filmaciones dentro del Parque Provincial pero tampoco de creer que es un lugar para unos pocos con el derecho de colocar carteles en su entrada con la leyenda “el parque no se toca”, como se observa en la fotos publicadas. Las áreas naturales protegidas cumplen funciones no solo de conservación e investigación, sino también de “b)educación y cultura, c) recreación y turismo” (Art. 5 de la Ley 10.907) y los Parque Provinciales en particular están establecidos como tales, según la ley, por su “atractivo natural” y “con el doble propósito de proteger la naturaleza y ofrecer solaz al pueblo y una fuente de educación” (Art. 10, Ley 10.907). Ninguna de estas funciones se puede llevar adelante en un Parque CERRADO.
Finalmente pareciera que en nombre de la conservación los guías defienden su fuente de trabajo, los biólogos de la Universidad Nacional del Sur su espacio para la investigación con sus derivados… y los guardaparques del Parque Tornquist, en su silenciosa posición, que defienden?.
Patricia González
DNI. 17.838.106
Tornquist