La razón de mi nota es en referencia al Curso de Guías que está organizando el Parque Provincial quepermite la habilitación o la revalidación según sea el caso, para guiar dentro del parque, y que excluye del mismo a Andrea Muller, quien escribió una carta a lectores y según publica se la excluye del curso por no llevar visitantes al parque.
Si lo analizamos detenidamente esta razón está muy alejada del sentido común y del espíritu de la reglamentación, cuya intención originariamente era la de fomentar cursos de guías con el objeto deincluiryformar agentes de conservación externos, habilitados para actuar dentro del parque y fomentar los contenidos de la conservación fuera de él y no la de excluir a personas interesadas en la temática. Mucho menos a aquellas que ya son poseedores de cursos de guías aprobadospor el parque como el caso de Andrea, quien pide revalidarlos.
Entonces,cual es el criterio cuando se le impide revalidar un curso a una persona por no llevar visitantes al parque? Acaso solo tienen acceso al curso quienes ya vienen ofreciendo su servicio en el parque?Cual es el objeto de esto? monopolizar la atención al visitante con estos operadores y que sabemos son contados con los dedos? Esto significa que tampoco se le dará oportunidad a nuevos operadores turísticos? Si esto último no fuera así la exclusión de Andrea tiene aún menor sentido. Nada garantiza que los nuevos operadores habilitados traigan visitantes al parque.
Mi alejamiento del parque provincial en junio del 2009 tuvo que ver en gran parte con esas diferencias de “sentido” que tuve, tengo y tendré con el personal que se desempeña en el parque. Diferencias que me acompañaron a lo largo de todos los años en los que intenté, con los medios a mi alcance, construir una forma de trabajo: la de actuar como servidores públicos, como gente que está al servicio del público, trabajar en un proyecto que permita sumar a la comunidad a la tarea diaria y necesaria de la conservación desde el sentirse parte del lugar y no un invitado. De hecho mi última tarea en este sentido fue la de precisamente organizar el Curso de Guías en el año 2009, anunciado por las autoridades en el festejo del 11 de mayo.Lo intenté y no pude, ganó la soberbia de quienes se creen con derechoa limitar el acceso a la información y capacitación y decidir qué tipo de servicios deben tener los visitantes que ingresan al parque.
Una soberbia queahora se hizo público con la nota de Andrea Muller y que también se manifiesta en la atención diaria a los visitantes (hay testigos que así lo afirman), en la negativa a atender escuelas locales (a través de carta del parque noviembre 2009). Una atención que está alejada del desempeño de un servidor público. Pero, si no son servidores públicos entonces que son?: Dueños?.
Repito lo que publiqué el año pasado en “la película detrás de la película” necesitamos mejorar la calidad de atención a los visitantes, necesitamos más guías capacitados para atender a cerca de 70.000 personas que nos visitan, pero agrego: el público tiene derecho a elegir el servicio que quiere recibir y no estamos para determinar quién puede o no acceder a una habilitación si cumple con los requisitos de la ley, la formación que tiene Andrea, quien aprobó el último curso de guía da por descontado que reúne las condiciones. Es mi deseo que se repiense la decisión y que no haya más “andreas” excluidas y si las hay que sean por razones claras, que estén dentro de la ley, y mínimamente dentro del sentido común.
En esta parte me sumo a lo que dice AndreaMuller: lo que sucede en el parque no es algo que le pasa a uno solo, nos pasa a todos.
Prof. Patricia González
17.838-106
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