"Difícil de controlar"

En el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible explican que la caza de cauquenes se ha convertido en los últimos años en un delito tan redituable como difícil de controlar. Y es que conscientes de lo ilegal de la actividad que explotan, los operadores de caza aplican recaudos cada vez mayores para evitar ser detectados.

"Aunque realizamos fiscalizaciones en aeropuertos y rutas, nos resulta muy difícil agarrarlos porque los cazadores llegan al país sin armas y nunca se llevan las presas cobradas: su trofeo son las fotos que se sacan con los cauquenes muertos", explica Ricardo Cañete, el director de Areas Naturales Protegidas del OPDS.
De ahí que para evitar este tipo de caza furtiva, el organismo provincial ha comenzado a poner la mira sobre ciertos establecimientos privados que les ofrecen a los cazadores no sólo el coto y las armas sino ciertas garantías de dar con las presas buscadas. Para ello -aseguran-, "hasta rastrean las bandadas y las arrean con avionetas".
Si bien esta actividad se desarrolla en un amplio territorio, en el OPDS aseguran tener identificados ya algunos puntos clave en Sierra de la Ventana, 9 de Julio, Tres Arroyos y Coronel Dorrego.