La historia es la consecución de hechos concretos.
Rememorarla implica apostar al futuro. Echarle una ojeada y rastrear los propios orígenes significa proyectar lo esforzada, consecuente y de forma tenaz construido para profundizar los proyectos.
La organización que cobija a los empleados de comercio cumplió 92 años de vida y de rica historia. Nueve décadas y dos años que fueron y son espejo de las vicisitudes de la propia Nación, desde que un sindicato es parte insustituible e inseparable
de un Todo.
Nació para enfrentar las injusticias sociales en procura de la confraternidad, la solidaridad y la defensa a ultranza de los derechos de los trabajadores. Supo organizarse hacia principios del siglo XX, sin prisa pero sin pausas, para enfrentar las agobiantes jornadas de trabajo, la ausencia de vacaciones pagas, de aguinaldo, de beneficios de jubilación entonces casi excepcionales y la sórdida inestabilidad e incertidumbre laboral.
Tropezó de forma cierta con obstáculos en el perenne y pedregoso sendero de la historia, que se empeña siempre en desafiar hasta al más intrépido. Como parte de la clase trabajadora entonces aún desorganizada y anárquica, luchó contra todas las
desigualdades.
Los "cuellos duros", como entonces eran llamados los empleados de comercio, fueron testigos fieles de los crueles enfrentamientos sociales de la época, cuyo punto de inflexión se reflejó en los 700 muertos y 2.000 heridos producidos por la feroz represión policial en la célebre y heroica Semana Trágica de enero de 1919.
Siempre es posible modificar la realidad. Aquel año, precisamente, fue la albacea de una precaria organización gremial que hoy agrupa a todos los mercantiles del país.
En ese lejano 1919, surgieron algunos agrupamientos o uniones sindicales. En realidad, ese despuntar puede bucearse hacia 1880, cuando los mercantiles de Buenos Aires echaron las raíces de la Unión de Dependientes para defender el descanso dominical.
Se trató, es cierto, solo de una entidad gremial transitoria. No obstante, se transformó en el primer agrupamiento de empleados de comercio del país.
Hacia la década del `10 nació el Comité de Empleados de Comercio para reclamar la jornada laboral de ocho horas. Esa demanda se remontaba a la Edad Media, aunque recién fue de forma taxativa obtenida en 1929. Transcurrieron años de luchas, sinsabores y alegrías.
Recién el 24 de mayo de 1915 vio formalmente la luz en el distrito porteño la primera organización sindical de trabajadores mercantiles, la Sociedad de Empleados de Comercio y Anexos, de la que se hizo cargo el catalán Cayetano Sediles y, luego, el gallego José Leiras. Dos días después, una asamblea aprobó sus Estatutos.
Más allá de la esplendorosa conquista, todavía sobrevinieron años de marginación y escarnio para los trabajadores y no pocos sucesos luctuosos. Como el suicidio de una trabajadora de comercio de la Tienda San Juan, en 1918, quien tomó la drástica decisión tras ser impunemente agraviada por personal jerárquico ante el público comprador y otros empleados. Otra época, otra dignidad...
De forma contraria a lo que entonces se supuso, el hecho motivó la indignación general, que templó los ánimos e hizo crecer de manera extraordinaria los niveles de afiliación sindical.
Disputas ideológicas provocaron luego la escisión de la Sociedad de Empleados de Comercio y Anexos. Los dos gremios conservaron empero el nombre original y se distinguieron por el de la calle Suipacha 74 y el de la calle Estados Unidos.
Ambas entidades emergieron fortalecidas luego de la aceptación del pliego de condiciones sindicales por parte de la empresa Harrod`s, que debió avenirse a las ocho horas de trabajo, al pago de vacaciones y al llamado "trabajo hormiga", alentado por los militantes para asegurar el cierre del comercio a las 20 y sepultar la violación del descanso dominical.
Por aquellos años también los mercantiles sostuvieron un duro conflicto durante meses en la empresa Gath y Chaves.
Por último, hacia 1919 aquellas dos Sociedades y el ex Comité Pro 8 horas -que se había transformado en la Unión General de Empleados de Comercio- aprobaron su fusión en una masiva asamblea realizada en el Salón 20 de Septiembre de la calle Alsina 832.
Era el 24 de agosto de 1919 y nacía la Federación de Empleados de Comercio y Anexos, cuyo primer titular, Roberto Raúl Justo, fue elegido el 14 de septiembre. Esa entidad, con el correr de los años, se convirtió en la actual Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS) que lidera Armando Cavalieri.
En sus 92 años de vida, el sindicato mercantil aportó valiosos hombres a la causa de la defensa de los derechos de los trabajadores y ostentó la bandera que significa poseer la personería gremial número uno de la Argentina.
Aquella excelsa historia y anecdotario de luchas, frustraciones y logros le permitió convertirse en una de las principales organizaciones del país y del continente. Cientos de miles de empleados de comercio y su grupo familiar tienen una Obra Social (OSECAC) cuya tecnología es de punta en América Latina. (Télam p/NT)
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