Invitado por el instituto cultural de Coronel Pringles, el artesano de Saldungaray continúa llevando sus trabajos como embajador de nuestra comarca de Sierra de la Ventana.
Asimismo comenzó a experimentar y realizar un nuevo trabajo; pájaros tallados en bandejas con madera incrustada.
Patricio
Pedro Barrett, es un auténtico creador. Nacido en
Bahía Blanca el 27 de julio de 1.949,
vive -desde siempre y por elección- en
Saldungaray, Partido de Tornquist,
Provincia de Buenos Aires.
En el taller de la calle Victoria 619, al
que define y considera “su remanso”, trabaja varias horas al día elaborando
artesanías en cuero. Comenzó a los 18 años de la mano de Juan Vitale, un
matrero de Bahía Blanca. Inicialmente grabó en hueso, luego pasó al cuero de
oveja, que dejó porque el paso del tiempo lo oscurece y final mente optó por el
cuero virgen de vaca. Utiliza un cuero especial denominado Baqueta natural
deflorado que se cepilla -al igual que
la madera- y se plancha.
Tempranamente emergió el artista y
fundamentalmente el hombre apasionado, detallista, dedicado, responsable y respetuoso de la historia.
“Antes de hacer un trabajo trato de documentarme… me obligo a buscar los
orígenes” indica.
Diseñó el monumento a los “500 años del
Descubrimiento de América”, situado en Coronel Pringles, varios logos, portales como los de las
entradas a Saldungaray y Coronel Dorrego y otras piezas artesanales por
encargue. Su creatividad no tiene
límites. Autodidacta, constante, minucioso e imaginativo por naturaleza, hace
lo impensable realidad.
“Pude
irme a Israel o a los Estados Unidos,
confiesa. Las posibilidades económicas
eran ventajosas pero siempre hubiese sido un extranjero. Aquí, entre… las
personas de Saldungaray está mi lugar…. No todo es cuestión de correr a la
gente en dólares… tengo gratificaciones
que no se pagan con nada” enfatiza.
Ha concurrido a más de 120 exposiciones en:
Cosquín (Córdoba); Resistencia (Chaco); Trelew (Chubut); Mar del Plata, Pigüé,
Olavaria, Bragado (Buenos Aires) y Capital Federal, entre otros puntos del
país.
Municipios, instituciones públicas y
privadas, clubes y empresas le han encomendado trabajos y presentes
destinados para ser entregados en
diferentes eventos o agasajar a personalidades. Un primer plano con el cuerpo
de Laura Vicuña, además de un Cáliz, fueron obsequiados a Juan Pablo II y se encuentran en el Vaticano.
A título de ejemplo, consignamos que
Francois Mitterand, Sandro Pertini, Raúl Alfonsín, Guillermo Vilas, Juan María
Traverso, Los Chalchaleros, Antonio
Tarragó Ros, Jorge y Camila Cafrune, Monseñor Jorge Mayer, Hilda González de
Duhalde, Víctor Hugo Morales, Soledad Pastorutti, el general Jorge Leal y el Dr. Luis Federico
Leloir, fueron oportunamente receptores de sus obras así como la Orquesta Sinfónica
de Bahía Blanca y los Clubes: Vélez Sarsfield, Gimnasia y Esgrima de La Plata y Ferrocarril
Oeste.
Sus pirograbados han llegado a la mayoría de
los países de América y Europa. Pueden
encontrarse en Argentina como en Nueva Zelanda, Australia, Japón, Pakistán,
Israel, India, Francia, El Vaticano,
entre otros.
Ha diseñado folletería turística, realizado
ilustraciones para diversas revistas y participado de importantes ferias,
muchas de ellas de carácter internacional:
Feria Panamericana de Dallas (Estados
Unidos), Fermo (Italia), Municipios de
Rodez y Saint Come (Francia), Talcahuano
y Universidad Católica de Chile (Chile), Santana do Livramento (Santana del
Libramiento-Brasil) y Embajada Argentina en Perú.
Otra de sus grandes pasiones consiste en
plasmar en el cuero diferentes pájaros o aves.
“Pretendo
que cada uno de mis trabajos sea mejor que el anterior, que los pájaros se vean
cada vez más libres y naturales”… “me apasiona y puedo permanecer horas… hasta
expresar el más ínfimo detalle” sostiene.
Desea
fervientemente que los chicos puedan disfrutar del vuelo de los pájaros
en libertad, en su hábitat natural, lejos de los zoológicos. Se empeña en preservar la fauna
autóctona de las sierras y aspira mostrarla
a través de un libro que se encuentra en preparación y un disco compacto que compila sus trinos.
Casado con María Magdalena Sepúlveda y padre
de tres hijos, Carolina, David e Ivonne (estos últimos mellizos) transcurre la
vida entre su actividad, sus nietos y
sus afectos más cercanos.
A su trabajo y compromiso con la ecología, a
su excelente pulso y creatividad, suma
la modestia y afabilidad que lo distingue.
Es consciente de su obra y su prestigio más
no se ufana de ello. Tal vez porque como bien se ha dicho “La grandeza y el amor son como los perfumes; los que los
llevan apenas los sienten.”
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