Hotel Provincial Sierra de la Ventana

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19 abril 2015

Rescatan a una joven pringlense que era obligada a prostituirse

Hay cuatro detenidos 

La presunta organización delictiva fue desbaratada después de que el pasado martes se recibió en sede policial un pedido para localizar a una joven que era buscada desde Coronel Pringles. Al día siguiente, la encontraron en un campo del Partido de Azul. Según dijeron funcionarios policiales en conferencia de prensa, en ese establecimiento rural estaba contra su voluntad y amenazada de muerte para que ejerciera la prostitución. 
Había llegado a Azul con la falsa promesa de conseguir un trabajo.
Tres hombres y una mujer están detenidos, después de un allanamiento en una casa de esta ciudad y otro en un campo ubicado en el Partido de Azul, los lugares donde todos ellos habían sido aprehendidos. De acuerdo con lo informado, están sospechados de captar mujeres para obligarlas a ejercer la prostitución.
Según contaron ayer en conferencia de prensa el comisario mayor Fabián Alvarado y el comisario Mario Bustos, titulares -respectivamente- de la Jefatura Departamental y de la Policía Distrital de local, todo se inició con una denuncia que el pasado martes hiciera en una seccional policial de Coronel Pringles la familiar de una joven que, al día siguiente, fue encontrada durante ese allanamiento que se hiciera en el campo del Partido de Azul.
El establecimiento rural se llama “Don Pedro”. A unos 45 kilómetros de esta ciudad, se sitúa en cercanías al paraje “El pajonal”, yendo por la Ruta Provincial 60.
En ese lugar, además de que fuera encontrada anteayer esa mujer que era buscada desde Coronel Pringles, fue aprehendido el encargado del establecimiento rural, un hombre de 76 años de edad a quien, en la conferencia brindada en la sede de la Jefatura Departamental Azul, lo identificaron como Carlos Rubén Martínez.
En ese diálogo mantenido con los medios en la jefatura situada sobre la Avenida Piazza, su actual titular, el comisario mayor Alvarado, aclaró que la propietaria del campo “era completamente ajena” a lo que sucedía en el lugar, por lo que ignoraba la actividad que desarrollaba su empleado, el mismo que ahora está detenido junto tres personas más involucradas en este hecho.


La investigación
La investigación se inició, tal lo ya referido, cuando en Azul se dio cuenta de una denuncia que una mujer había hecho en la Comisaría de la Mujer que está en Coronel Pringles para dar con el paradero de su hermana.
Esa mujer había contado que la joven a la que buscaba “había sido trasladada a Azul porque le habían ofrecido trabajo”, explicó ayer el comisario mayor Alvarado.


La habitación en la que se encontraba una de las jóvenes que era buscada desde Coronel Pringles por sus familiares. Los cuatro implicados en el hecho fueron indagados en sede judicial y ahora están detenidos.
Pero una vez traída a esta ciudad, “lejos de ofrecerle un trabajo, se la había trasladado a un campo”, el lugar desde donde “se pretendería que ejerciera la prostitución”.
Efectivos de la Seccional Primera, Comando de Prevención Rural, Grupo de Apoyo Departamental y DDI trabajaron en la investigación y en los posteriores allanamientos y aprehensiones de los implicados en el hecho.
Además del procedimiento que anteayer se hizo en ese establecimiento rural, fue allanada una casa que está en la calle Misia Barranco de Villa Piazza Sur de esta ciudad.
En ese lugar fueron aprehendidos los restantes implicados en el caso, a quienes voceros de seguridad identificaron como Sergio Rubén Mansilla, de 46 años de edad, su hijo Ernesto Rubén Mansilla, de 26 años, y una mujer llamada Karina Elizabeth Tapia (32).
Mansilla hijo intentó darse a la fuga cuando el allanamiento se estaba haciendo, aunque rápidamente los policías que participaron en ese procedimiento pudieron arrestarlo.
Según lo establecido una vez que lo identificaran, registraba un pedido de captura dispuesto desde un Juzgado de Ejecución del Departamento Judicial Azul, teniendo en cuenta que había estado preso anteriormente y al parecer cumplía todavía, aunque en libertad, el último tramo de una condena.
A esa vivienda se había llegado después de que otra joven que dijo haber escapado del campo se hizo presente en sede policial -el mismo día martes en que se recibiera la denuncia por el paradero de la mujer desde Coronel Pringles- para dar cuenta de la situación.

Esa mujer aparecía mencionada como otra de las presuntas víctimas, a quien también aparentemente la captaron para traerla a Azul con la falsa promesa de ofrecerle trabajo cuando, en realidad, querían obligarla a que ejerciera la prostitución.
El dato con el que se contó en ese momento, sobre la base de la declaración de una de las presuntas víctimas en sede policial, fue que en la casa que después sería allanada también había una mujer en las mismas condiciones que las otras.
Pero cuando los policías llegaron a la vivienda, según contó Alvarado, esa mujer “no manifestó hallarse privada de la libertad”.
Aparentemente, mantendría una relación con uno de los hombres aprehendidos en ese lugar.
Más allá de su situación, desde la fiscalía actuante en el caso se dispuso que también fuera asistida, al igual que ocurrió con las otras mujeres.
Dos de esas mujeres habían llegado a Azul con sus pequeños hijos. Luego de que declararon, se dispuso que fueran trasladadas a Coronel Pringles, las ciudades donde se domicilian.

Una causa penal

La investigación que por el caso se inició dio lugar al inicio de una causa penal que se instruye en principio desde la UFI 22, la fiscalía que está a cargo del Dr. Marcelo Fernández.
El funcionario judicial tuvo a su cargo ayer indagar a los cuatro aprehendidos, quienes declararon y luego quedaron detenidos, según señalaron fuentes judiciales a EL TIEMPO.
Mientras que en la casa allanada se hallaron e incautaron una carabina, dos cajas con municiones y teléfonos celulares que posteriormente deberán ser sometidos a pericias, en el establecimiento rural se secuestraron un rifle calibre 22 con municiones, dos teléfonos celulares, un facón y medicamentos cardiovasculares, dijeron ayer los funcionarios policiales en la conferencia de prensa brindada en la sede de la Departamental Azul.

“A esas chicas las hacían trabajar en forma precaria. La dueña del campo desconocía todo. Es una mujer de edad. Iba cada tanto y confiaba en la persona que tenía a cargo en el campo”, contó el comisario Bustos, jefe de la Policía Distrital de Azul.
Si bien todavía el caso sigue siendo materia de investigación, las sospechas apuntan a la mujer aprehendida en esa casa de la calle Misia Barranco como la encargada de captar a las jóvenes en Coronel Pringles.
Esa mujer, además, sería pareja de Mansilla padre, uno de los ahora detenidos por este hecho.
“Les ofrecían trabajo para luego ser derivadas al establecimiento rural en donde se pretendía que ejercieran la prostitución”, agregaron los funcionarios policiales sobre lo que está siendo la investigación de este ilícito.
En ese contexto, mencionaron también que la joven que fuera hallada en el campo “estaba amenazada”, después de que le habían retenido su documentación y quitado su teléfono celular para evitar que se pudiera comunicar con otras personas y pedir ayuda.
El Dr. Diego Prado, funcionario judicial de la fiscalía interviniente en el caso, estuvo presente durante el allanamiento que se hizo en el campo, ocasión en la cual el ayudante fiscal se entrevistó con la joven -de 25 años de edad- que allí fue encontrada, quien le refirió sobre la situación.
Según lo informado, contó que estaba allí contra su voluntad y que había sido traída por una mujer -al parecer la misma que fuera aprehendida en Villa Piazza Sur- desde Coronel Pringles. Además, habría señalado que Mansilla padre fue quien la trasladó al campo y que ese hombre la amenazó para que ejerciera la prostitución. De lo contrario, señaló que uno de los ahora detenidos iba a matarla a ella y a su pequeña hija, una nena de dos años de edad.
Ante la presunta existencia de esta organización delictiva, en la causa penal que se está instruyendo desde la UFI 22 las cuatro personas detenidas están acusadas del delito facilitación y promoción de la prostitución ajena, de acuerdo a lo que establece el artículo 126 del Código Penal, refirió ayer un vocero judicial consultado por EL TIEMPO.
Ese mismo vocero consideró como novedosa la metodología que aparentemente desarrollaban estas personas, ya que esas mujeres que traían se las ofrecían a personas que residen en la zona rural. “La modalidad era contactar gente de campo para llevarle una mujer”, afirmó.

El dato
Teniendo en cuenta que el caso podría estar relacionado con la trata de personas, tanto voceros policiales como judiciales no descartaban ayer que en la causa penal que se inició termine interviniendo la Justicia Federal.

(Fuente: El Tiempo, de Azul)

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