Hotel Provincial Sierra de la Ventana

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21 marzo 2016

La avispa que llegó para quedarse, se llama "Chaqueta Amarilla"

La Vespula Germánica, más conocida como “Chaqueta Amarilla”, es un insecto que comenzó a verse en Argentina por enero de 1980, cerca de Chos Malal, Neuquén. Desde entonces se ha expandido en forma sostenida, invadiendo el norte de la Patagonia hasta el norte de Santa Cruz, Mendoza y el Sur de Buenos Aires.
Su dispersión las hace presentes en San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y sur de la Provincia de Buenos Aires. Tanto el medio -evidentemente favorable- como su poder de adaptación, las han convertido en una presencia omnipresente en la Patagonia.

En el verano y entrado el otoño, su presencia es abrumadora en ciertos sectores. Es, pues, una molestia de consideración durante las actividades al aire libre, teniendo en cuenta la gran variedad de opciones que nuestros paisajes brindan. Se hacen presentes en picnics, asados, pesca, campamentos y actividades de trekking, bajo el riesgo de ocasionar serias picaduras, que en el caso de personas alérgicas pueden concluir en su hospitalización.

Para conocimiento de todos los que nos hemos encontrado en varias oportunidades con este insecto, he aquí unas líneas acerca del desembarco en nuestras tierras, su propagación por nuestro país, sus características principales y las medidas preventivas que debemos adoptar.


La chaqueta amarilla en nuestro país
En enero de 1980, en las afueras de la localidad neuquina de Andacollo, situada a unos 60 kilómetros al oeste de Chos Malal y a 30 kilómetros al este de la frontera con Chile, el Doctor Willink Abraham junto a un grupo de alumnos recolectó un ejemplar de obrera de Vespula germánica (Fabricius). Fue en un pequeño arroyo, protegido del viento, con vegetación herbácea.
Dadas las características del paso relativamente bajo en la región de Andacollo con Chile, la cordillera de los Andes no significa una barrera importante como sucede en el norte argentino, y resulta común encontrar ejemplares de la entomofauna chilena.
En esa oportunidad, sólo se halló un ejemplar, pero en 1981 la facultad de Ciencias Agrarias de Mendoza detectó la presencia de muchos ejemplares en la localidad de Chos Malal. Según información del INTA Bariloche, se pudo determinar su presencia también en Aluminé, Junín y San Martín de Los Andes, Bariloche y sus alrededores, El Bolsón, Golondrina, Lago Puelo (Neuquén, Río Negro y Chubut).
La distribución de la especie en nuestro país ha sido muy rápida. En la actualidad, se encuentran en las provincias de Río Negro, Neuquén, San Juan, Chubut, Santa Cruz y Sur de la provincia de Buenos Aires.
Se cree que las altas temperaturas pueden ser un impedimento, por lo que ocupar la región tropical septentrional podría transformarse en una barrera natural para su distribución.

Organización y características generales
La avispa Chaqueta Amarilla es un insecto social perteneciente al género Vespula. Éste posee varias especies, pero la germánica es la que se introdujo en nuestro país. Es originaria de la región del Mar Mediterráneo, aunque se ha distribuido por distintos continentes, principalmente gracias al transporte de la madera entre puertos y la propia habilidad de la especie. Ha invadido el centro de Europa, el norte y sur de África, el Oeste de Asia. También llegó a Australia, Nueva Zelandia y Tasmania. En América se la encuentra en Estados Unidos, Hawaii, Chile y Argentina. Su distribución abarca mayoritariamente zonas templadas, también áreas semitropicales.

Su aspecto morfológico es similar al de la abeja, aunque su cuerpo es de color amarillo y negro, lo que da ese aspecto de llevar puesta una chaqueta. Su población ronda entre los 3.000 a 8.000 individuos. Su coto de caza es de 300 metros alrededor del nido.

Sus nidos son subterráneos y aéreos construidos de celulosa que ellas mismas elaboran con fibras vegetales. El diseño de sus celdas es una verdadera obra de arquitectura: celdas de obreras y celdas de reinas en panales dispuestos horizontalmente, de color grisáceo, con un diámetro de 20 centímetros aproximadamente, con capacidad para albergar una población total de 2.000 a 5.000 individuos. El número de celdas va aumentando conforme el nido madura, llegando a tener entre 4.000 y 10.000 celdillas distribuidas en cinco a once pisos.

Su alimentación se basa en carbohidratos, proteínas y agua. Es de tipo omnívora (come prácticamente de todo) variando de fitófago (néctar de flores y frutos maduros) hasta necrófago (carne de animales muertos). También come toda clase de insectos, incluyendo larvas de dípteros, lepidópteros, himenópteros y adultos de su misma especie, hasta carne de conejo y pescados muertos. Incluso pueden llegar a morder personas. Esta especie no almacena el alimento como ocurre con las abejas.

Su ciclo de vida responde a una organización social asombrosa. Los nidos son construidos en primavera e iniciados por una reina fecundada en el otoño anterior, sobreviviente del invierno refugiada bajo la corteza de árboles u otros sitios protegidos. Esta reina, puede llegar a producir hasta 4.000 obreras al entrar en el otoño, momento en que se generan los individuos sexuados (machos y nuevas reinas vírgenes). Luego comienza la declinación y muerte de la colonia. Los zánganos copulan con las reinas vírgenes que salen a realizar su vuelo de apareamiento, produciendo para el próximo año una gran cantidad de reinas, aproximadamente 1.000, que hibernarán. En zonas más cálidas, se encuentran colonias perennes resistentes al invierno que son poligínicas (tienen varias reinas), y poblacionales enormes.

En cuanto a su comportamiento, se ha observado que la mayor agresividad la registran en el otoño, ya que la avidez por proteínas crece sustancialmente debido a la producción de machos y reinas. Por otro lado, la oferta ambiental decae en esta época, siendo éste el momento en que las avispas se tornan más molestas al percibir humano. Esto tiene consecuencias importantes sobre la apicultura, dado que en este período la actividad de las colmenas decae, quedando más indefensas.


Prevención
Algunas de las medidas tendientes a controlar y prevenir la presencia masiva de la avispa, y más aún, la posibilidad de ser picado, se detallan a continuación:

No dejar alimentos, residuos y desperdicios expuestos (si se está al aire libre, colocarlos en bolsas y cerrarlas, y si hay tachos, taparlos).
Al comer al aire libre se debe prestar especial atención a lo que se lleva a la boca, dado que las avispas suelen posarse sobre los alimentos y no se espantan fácilmente.
Evitar caminar descalzo en áreas de alta densidad de avispas.
Mantener la calma, no agredirlas.
Vestir preferentemente colores claros, evitar el uso de cosméticos y perfumes.
Mantener las ventanas cerradas si hay chaqueta merodeando.
En caso de picadura, lavar la zona con agua y jabón, aplicar una compresa fría, hielo, barro o vinagre, ya que retardan la absorción del veneno y los ungüentos alivian el dolor. En casos de numerosas picaduras o de personas alérgicas, debe consultarse a un médico en forma inmediata. Se aclara que las chaquetas no son agresivas excepto cuando se disturba el nido.

Fuente: http://www.saludambiental.gov.ar/
http://www.culturaapicola.com.ar
Paula Sackmann, Paola D’Adamo y Juan Corley. Grupo de Ecología de Insectos. INTA Bariloche. Tel: 02944-422731

2 comentarios:

  1. Son insoportablemente cargosas, no se puede comer frente a un lago porque no te dejan. Estábamos en Quila Quina almorzando con una amiga, frente al lago y tuvimos que entrar porque se llenó de chaquetas. Están en Lolog, en Pehuenia, en todo el sur...la gente dice que las trajeron para combatir los tábanos y ahora no saben qué hacer con ellas.

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  2. Aca en tierra del fuego hace 2 años aparecieron!!!!

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gracias por su opinion. FM _Reflejos

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